domingo, 13 de diciembre de 2009

Protección diaria de la piel frente al sol, en esta época de calentamiento global:


 
La piel se renueva constantemente por lo que requiere un aporte incesante de nutrientes, el agua, las vitaminas y minerales, los antioxidantes y en general una buena alimentación son grandes aliados para una buena piel.
Mantener la piel en muy buen estado no sólo tiene que ver con factores hereditarios o de no sufrir alteraciones cutáneas como dermatitis, psoriasis o similares, sino que gran parte de su aspecto está directamente relacionado a los cuidados que le proporcionamos.
Entre lo que conviene evitar: la exposición al sol sin protección, el aire acondicionado, el tabaco, la contaminación ambiental o un estilo de vida inadecuados (la mala alimentación, sedentarismo, estrés emocional.). Por el contrario, una dieta y un estilo de vida equilibrados serán grandes aliados para que luzca sana. Además del agua, las vitaminas (como la A, B, C y E) no deben faltar en nuestra alimentación y lo mismo puede decirse de minerales como el selenio, el zinc o el hierro.
Sobre la piel: La piel se renueva constantemente: estamos mudando nuestra piel cada 28 días. Se ha calculado que una persona produce unos 100 kilos de células de epidermis a lo largo de su vida. Esa permanente renovación requiere un aporte continuo de nutrientes, pues son esenciales para la piel y su déficit en la dieta ocasiona alteraciones en su crecimiento y apariencia. Por tanto, una alimentación que asegure el aporte correcto de todos ellos contribuye a mantenerla en perfecto estado de salud, a prevenir o a disminuir las arrugas en gran medida y a mantener la frescura del cutis.
El agua: es fundamental la hidratación, tan necesaria para la piel, se consigue mediante el agua de los alimentos que ingerimos y el agua de bebida. En la mayoría de verduras y frutas más de 90 gramos por cada 100 gramos del producto son agua, es importante incluir estos alimentos en la dieta, así ingerimos casi sin percatarnos, gran parte del agua que requerimos. No olvidar que debemos tomar diariamente cerca de 1,3 litros de agua y otros líquidos para equilibrar las pérdidas y mantener el nivel adecuado de hidratación. Así, la piel se mantiene bien hidratada y se eliminan más fácilmente las toxinas que la lesionan.
  • Con los cambios climáticos debemos ser más precavidos, todos los días, frente al sol, aún si llueve. Por eso es necesario usar un bloqueador solar con factor de protección(FP)superior a 30(un poco mayor que en épocas anteriores) siempre que esté de día aunque llueva.
  • La resequedad de la piel es otra consecuencia de los cambios de temperatura, expertos aconsejan usar humectantes dependiendo del tipo de piel: si es grasosa es recomendable una humectante líquida y si es seca es mejor una en crema.
  • Los jabones hay que saber utilizarlos pues son muy importantes en el cuidado de la piel: éstos deben ser lo más suaves posible, con un ph neutro(evitar los jabones con ph alcalino). Y debe usarse preferiblemente solo en los sitios donde se presente mal olor, como en las axilas, los genitales y los pies, no en los brazos ni en las piernas porque estas áreas tienden a resecarse más.
Recordemos que el calentamiento global es el aumento de la temperatura de la Tierra por un desequilibrio, atribuido al uso de combustibles fósiles (petróleo, gas natural y metano) y otros productos tóxicos que forman una capa gaseosa en la atmósfera que impiden que el calor proveniente de los rayos del sol salgan, creando así lo que se conoce como efecto invernadero.
Contrario a lo que podría creerse, este efecto invernadero cuando está equilibrado es un fenómeno útil y natural producido por la misma Tierra y sin él nuestro planeta se convertiría en una roca congelada con una temperatura alrededor de 20 ºC bajo cero.
A través de los años, los seres humanos han aumentado el efecto invernadero natural debido al incremento de la emisión de gases como el dióxido de carbono (CO2), derivado del uso de combustibles fósiles y la deforestación; los clorofluorcarbonados (CFC) emitidos por aires acondicionados y aerosoles; el metano (CH4) producido por la actividad agropecuaria y la minería; el óxido de nitrógeno (N2O) producido por el uso de combustibles fósiles y la deforestación; y el ozono (O3) emitido por fotoquímicos y automóviles.
Los gases contaminantes hacen que la energía solar quede atrapada en la atmósfera, y sólo basta una leve variación de la temperatura, para que se rompa el frágil equilibrio de la naturaleza. Muchos de estos gases han abierto un agujero en la capa de ozono, mecanismo que tiene la atmósfera de la Tierra para filtrar los rayos ultravioletas provenientes del sol. Este agujero ha incrementado cuatro veces su tamaño desde 1980.

Adicional a esto, el agujero ha permitido que los rayos solares y las emisiones ultravioleta entren directamente, aumentando el calentamiento y haciendo que lleguen a los seres vivos causando, en algunos casos, mutaciones y en los seres humanos, cáncer en la piel.

Esta situación es muy grave, a medida que el planeta se calienta los cascos polares se derriten. Su derretimiento disminuye la cantidad de calor que puede ser rechazada y por ende la Tierra se calienta cada vez más.
Todos debemos colocar nuestro granito de arena para evitar o disminuir el calentamiento global. Respecto de la recuperación del ozono, la manera de colaborar es evitar el uso de productos que contengan gases contaminantes presentes en circuitos de refrigeración y sistemas de limpieza de ropa, entre otros. Cuando debamos adquirir heladera, freezer, aire acondicionado para viviendas, automóviles con sistema de climatización o llevar a limpiar nuestra ropa a la tintorería, debemos consultar si los equipos o el sistema de limpieza no destruyen la capa de ozono, esto indica Piacentini, quien, para prevenir los efectos nocivos de la sobreexposición al Sol, aconseja: “Tanto a personas que estén al exterior por esparcimiento, como a los millones de trabajadores que trabajan día a día, usar protecciones brindadas por ropa de trama compacta, sombreros y anteojos apropiados, así como el aprovechamiento de sombras naturales o artificiales”.
También el calentamiento global, es consecuencia de actividades que realizamos los humanos como la quema de combustibles o la tala de grandes extensiones de árboles y la quema de madera, lo que produce la liberación de grandes cantidades de CO 2 a la atmósfera, así como una reducción en la absorción de este elemento realizado por los árboles en su fotosíntesis. Ocasionándose alteración en el equilibrio natural del medio ambiente y afectando la calidad de vida de los seres vivos incluidos nosotros los humanos.

1 comentario:

  1. Muy interesante. Cómo canyou mantener todos estos blogs? Recuerdos. Felipe

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