La apnea del sueño es más comúnmente conocida como apnea
obstructiva del sueño.
La apnea: Es la
interrupción temporal de la respiración de más de 10 segundos de duración
provocando un colapso, puede ser mediante
la reducción (hipopnea) o mediante la detención completa (apnea) del flujo de
aire hacia los pulmones, se produce una disminución de del nivel de oxígeno y
un aumento del nivel de anhídrido carbónico (CO2) en la sangre, y un
pequeño despertar a menudo subconsciente (arousal), que permite recuperar la
respiración normal hasta que se produce el siguiente episodio.
La duración de las pausas puede variar entre unos pocos
segundos a varios minutos, y normalmente se producen entre 5 y 30 veces por
hora. Entre 10 y 20 veces por hora: leve; si entre 20 y 30 veces por hora:
moderado y si ocurren más de 30 veces por hora: severa.
Es más frecuente en hombres que en mujeres pero tras la menopausia se equipara la incidencia. Mayor incidencia en personas con sobrepeso y
obesas, tener el cuello corto y grueso, hipotiroidismo.
Síntomas:
En muchas ocasiones el paciente no es consciente de los
episodios de apnea durante la noche, y son los familiares quienes perciben
todos los síntomas.
El sueño en estas personas no es reparador y aparece
somnolencia diurna, que afecta la capacidad intelectual y al rendimiento que
puede ser causa de accidentes laborales y de circulación (ECV). Puede dar fatiga crónica.
Trastornos respiratorios.
Trastornos cardiovasculares: Hipertensión arterial, angina
de pecho e infarto de miocardio o cerebral, arritmias.
Trastornos psicológicos e intelectuales: Déficit de atención y concentración,
depresión, ansiedad, cambios en el estado de ánimo. Disminución de la libido. Dolor de cabeza (principalmente
matutino) e irritabilidad.
Pacientes que pasan más de un 12% de la noche con una
saturación de oxígeno por debajo de 90% tienen dos veces más riesgo de padecer
cáncer según un reciente estudio.
Puede dar lugar a accidentes de tránsito: Hay estudios que
demuestran que un conductor con apnea del sueño tiene una probabilidad de 5 a 7
veces superior de sufrir un accidente de tráfico, similar a la de una tasa de
alcoholemia no permitida.
Diagnóstico:
-Síntomas y signos clínicos. Es el acompañante el que
observa un ronquido, movimientos corporales frecuentes y frecuentes paradas en
la respiración que terminan con un ronquido mayor de lo habitual.
- Examen llamado polisomnografía o poligrafía
cardio-respiratoria. Se complementa con otros exámenes.
Es necesario para el diagnóstico:
-Presentar fatiga, somnolencia, hipersomnia, despertares con
sensación de asfixia o al menos alguno de los síntomas psicológicos antes
descritos.
-Presentar en la polisomnografía apnea, hipoapnea o RERAs
(Respiratory Effort Related Arousal, despertares relacionados con el esfuerzo
respiratorio). Es necesario un Índice de
Apnea-Hipopnea ≥ 5.
-Presentar registro de esfuerzo respiratorio durante todo o
parte del sueño.
-Evaluar que los síntomas no están causados por el uso de
medicamentos u otras sustancias.
Tratamiento:
Depende de la causa y la gravedad del caso.
Modificar estilo de vida:
Evitar el alcohol y los medicamentos que relajen el sistema
nervioso tales como sedantes.
Llevar una dieta sana que permita bajar de peso.
Dejar de fumar.
Uso de almohadas especiales o mecanismos que impidan que el
paciente duerma en decúbito supino (boca arriba), ideal dormir de lado.
-Dispositivos que mantengan la vía aérea abierta, podemos
encontrar aparatos orales o aparatos de presión positiva continua sobre la vía
aérea como el CPAP.
-Procedimientos quirúrgicos que restauran la vía aérea y la
amplían. Indicados cuando existen lesiones
como pólipos o hipertrofia de las amígdalas, micrognatia, entre otros, o cuando
la mascarilla no es bien tolerada por la existencia de algún daño en la vía
aérea superior.
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